TRIP REPORT - Ayahuasca, sábado 16 de junio de 2018 (geminis). el domingo, día del padre.
Lugar de la ceremonia: Arroyo Seco
Gente: el paxé Txana Itxá de Huni Cuin, familia Haira Haira. Mi hermano Tincho. Éramos en total 32.
"para aprender,
para luego volver a enseñar,
para luego volver a aprender,
en el viceversa de volver a empezar"
(klan)
Intenciones: desde la tierra, trabajar y sanar familia. Desde el cuerpo que la planta entre y sea guía.
Mi dieta fue distinta: últimamente mi alimentación siempre es la de preceremonia. No tuve que cambiar nada desde el miercoles que decidí hacerla. Solo comer poco los ultimos dias.
Esta vez, a diferencia de las dos anteriores, fui hasta allá solo. Vivi el dia por mi cuenta. Lo pasé preparándome. Llevé mis aliades. Fumé. Pedi. Escuché. Tiré cartas.
La tirada sobre la ceremonia me reveló:
La Estrella - El Colgado - La Templanza.
Gracias.
Ya en Arroyo, despues de fumar unos porros, me sopló un rapé Tincho antes de empezar la ceremonia.
Fue mi primera ceremonia con la familia Haira Haira. No la ofreció Ivana sino el paxé Txana Itxá. Ivana cantó hermoso, Sofia también y lo mismo otra chica brasilera.
Los cantos Huni Kuin se rompen inesperadamente. Vocales hacen un espiral descendente hasta el silencio. Eso afuera me hacía retocer mis adentros.
El paxé sirvió la primera copa para cada unx. Después ofreció un círculo de canciones de su tradicion con mucha alegría y fuerza. Terminado, me acosté cerca del fuego, donde había visualizado días atras que me sentaria. Empecé a ver y sentir la vibración multicolor y eso sólo fue ascendiendo durante la noche. Recuerdo pedir ese mes que me faltó vivir en la panza de mi vieja.
Me sentí a gusto. Haciendo lo que queria en todos los sentidos. Es que realmente queria pasar el tiempo así, recostado, tranquilo, solo. Entre medicina, tapado y aprendiendo.
Fui el Colgado durante toda la noche, tal como las cartas me dijeron. En retiro voluntario, mi extravagante posición: libre de no hacer, de ser y de que la vida me sea.
La primera copa tuvo efectos corporales mas no calló la mente. Mi mente siguió cuestionándome todo. No vomité. Hice conscientes mi vientre, mi pecho, mi sexo, mi estómago.
Tal como las otras dos veces, no vomité en la primera toma. Siento que es porque llego muy entero y preparado. Bien ayunado, fuerte, mentalizado, relajado. En cambio, a la segunda voy un poco desequilibrado, bastante cansado, con el estómago vacío y con ayahuasca.
La segunda la tomé cuando ya estaba sentado con los Haira Haira, yo a la izquierda de Tincho. La primera copa fue una marea leve, y la segunda subio drasticamente. Supe que mi mente no iba a callarse si no era de esta forma.
Subió y me llevó hacia un lugar donde no hay bordes ni fronteras. Todo es circular, sin puntas. Todo está interconectado. O es un lugar muy antiguo o es un lugar sin tiempo. Pero, si es un lugar del pasado, ¿cómo llegué?
Todo estaba denso. Mi tercer ojo estallaba de data. Mi cuerpo y mi voluntad fueron quebrándose. Entré en un loop en el que siempre despertaba y veía almas milenarias reencontrándose, como si lo hubieran pactado asi, seguir trascendiendo, apareciendo en recovecos, en ayahuasca. Sentía que yo debía de estar involucrado, que seguro era una más de esas almas. Sonaban los cantos Huni Cuin.
Me sentía débil, no me podía mover, mi cuerpo estaba en proceso de vomitar. Solo quería taparme y descansar. Cada tanto abría los ojos asfixiado porque estaban sahumando e intentaba descifrar lo que estaba ocurriendo. No podía, sonreía dolido y volvía al trabajo intenso, sabiendo que estaba en un loop sin ya espacio temporal que me abarque. Duraria lo que hubiera de durar. Eso mismo fue la representación del final de mi resistencia. Me entregué de cuerpo y de mente junto a mi ancestral espíritu vibrando.
Fui mi padre. <Él está tan viejo como yo débil. Tengo tanto frío como él. Solo quiero la manta, taparme, refugiarme. Tengo puesta la campera que era de él, tan grande y yo tan pequeño>.
Era una sensación de saber que yo era mi padre, y que yo era yo. Un despertar en un lugar incoherente, absurdo, expansivo, gracioso. Yo era un paria, tirado en un rincón, Tincho al lado mío despatarrado y tapado entero. La rueda giraba. Alcanzaba a reírme, a preguntar por qué y cuánto más, y a volver al trabajo nuevamente.
En ese lugar no forme incluso me sentí un pato multicolor. En algún momento entré en algún tipo de error. Mi mente se sintió una máquina evaluadora y me dijo: "si no necesita, no es humano. Eso es todo lo que entiendo".
Me desconecté de esa fuente matriz y descansé aliviado, después de finalmente vomitar. Mi cuerpo entero temblaba. Sé que se estaba reconfigurando. Vibrando ahora circularmente y sin puntas. La ayahuasca tomó todo mi cuerpo, como renovandolo molecularmente.
Luego de eso, llegó un alivio inconmensurable. Descansé con felicidad y paz y disfruté de la bellísima música. Es celestial escuchar música de medicina. Dormí.
Al rato Tincho se despertó. Nos miramos y me dijo: "maxi, ya está, ya la pasamos". Nos reímos con el cuerpo y el espíritu y disfrutamos la banca mutua. Al rato nos fumamos unos porros y compartimos la alegria de estar en amor.
Ya tenía decidido que no iba a aplicarme kambó cuando empezaron las primeras sesiones. Ya era de día. Desayuné sol.
Volví a casa a tiempo para almorzar por el día del padre. Mi hermana había vomitado toda la noche, y a mi hermano le salieron llagas, lo mismo que a mí al día siguiente.
Registros fugaces:
-sentí que atravesaba el ser de las raíces. Como si el mundo bajo tierra fuera algo similar a lo que viví
-la familia Haira Haira tiene algo de libertario y rainbow que me hizo sentir muy en casa
-el extraño sentido del humor y la extravagancia hacían tolerable las demás partes incoherentes. a la vez, una no era sin la otra.
-el tiempo es la manija del mundo
dijo Blake: "To hold infinity in the palm of your hand // and eternity in an hour"