Hola. Te escribo desde la luna nueva. Ella brilla por su
ausencia y late en lo que queda de mi pecho: hubo una explosión.
El episodio fue confuso. Aunque intento repasarlo, no
entiendo cómo pasó. Un estruendo me dejó ciego, rengo y con daños internos,
hemorragia de las aguas de mi cuerpo.
Ahora camino con los ojos cerrados, es de noche siempre y
solo la luna me hace guiños.
Quiero que me entiendas, no digo que mi cuerpo sea una
cocina, digo que dejaste el gas prendido y te fuiste, y te estoy buscando para
avisarte, para saber si fue por error. Espero verte pronto.
Con amor, J.
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