dedico estas palabras a la vida, inevitable enemigo, y a la muerte, compañera fiel.
por ti di todo, vida mía que mía no es. quise poseerte, y morí. quise observarte, y me elevé. elijo morir,
porque la vida es un ser inestable y prefiero la guadaña por sobre el puñal.
vi momentos bellos transformarse en recuerdos bellos. recuerdos bellos se oxidaron y cortaron mis sienes corroidas.
dejo la cantina de la vida con saldo a favor,
y que le inviten mis tragos a quien llegue entusiasmado y torpe,
y empuje la puerta donde dice "tire",
y se ria en vez de culparse.
y que le sirvan mis vinos a quien trabaja de equilibrista
y que narre historias sobre los abismos.
y que escupan con asco un aguardiente a la cara del maniático y dediquen dos besos al cielo.
que mi funeral dure tres dias y se encienda con alcoholes un fuego sagrado. que hagan una pira y tiren mi cuerpo al riachuelo.
implosionando en llamas, seré pichón de incendio forestal.
al final, me he de convertir en la gran lluvia. me haré humedad, condenado al alivio.
y aunque escriba estas palabras desplomado en la banquina de la ruta,
y mis tripas expuestas sean impresionables,
soy un camino hacia la fortaleza.
no invito a abandonar la lucha.
con amor irrefrenable,
M.
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