Una mujer guarda su corazón bajo ocho llaves
lo esconde en un cofre
que va adentro de un cajón
Decide que esto
ya no tiene solución
Descree de la sumisión
y de la
dominación
Deja caer un tornado desde su balcón
No confundan esto con un cuento de facón
porque habla de mi año y de mi generación
La que normaliza las luces de neón
En Argentina, en plena globalización
con el ruido ambiente de una televisión
Ella
ella
suelta a sus ocho perros guardianes
frente a los reflejos
del amarillento alumbrado de la calle
Y por fin los deja cenar
Hambrientos de odio.
La ciudad.
Se tira,
Martina,
la tira
la ciudad.
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