viernes, 27 de junio de 2014

Halley de mí

Cada cierto rato nace adentro mío un ducú. Me cuesta explicarlo. Esta bolita de fuego interior es como un asteroide que deambula por la vía láctea que es mi cuerpo. Se quiere mandar por mi garganta pero se hace nudo y baja para seguir viajando. A veces intenta irse por mis manos y yo tuerzo y tuerzo los dedos hasta que las articulaciones se vuelven de piedra; otras, intenta evacuar por mis pies que se ponen helados y los tengo que destrabar. Una vez cada tanto, ni idea por qué, se me entumece todo el cuerpo. Será que se quiere ir por el ombligo. Pasado un tiempo, todo se termina cuando el asteroide quiere irse por mi cerebro. El campo de fuerza que protege a mi Iniesta lo pulveriza. Después de eso, sale mansamente despedido por mis ojos en forma de agua, aguita salada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"El campo de fuerza que protege a mi Iniesta lo pulveriza"

La brillantez de la simpleza,la belleza de lo espontaneo de la sinceridad. Genial!

Saludos.

Bruno G

Sometimes YOU have to be your own hero