lunes, 10 de mayo de 2010

Los sueños de Helena

Aquella noche hacían cola los sueños, queriendo ser soñados, pero Helena no podia soñarlos a todos, no había manera. Uno de los sueños, desconocido, se recomendaba:
-Suéñeme, que le conviene. Suéñeme, que le va a gustar.
Hacían cola unos cuantos sueños nuevos, jamás soñados, pero Helena reconocía al sueño bobo, que siempre volvía, a ese pesado, y a otros sueños cómicos o sombríos que eran viejos conocidos de sus noches de mucho volar.

Eduardo Galeano - El libro de los abrazos

1 comentario:

anaguititi dijo...

Qué lindor!!!!!!! Hace mucho que no lo leo al Edu, el amigo querido. Una alegría bárbara encontrarlo hoy a la mañana.

Sometimes YOU have to be your own hero