domingo, 29 de octubre de 2017

mi vida era de rutina

mi vida era de rutina. por eso no recuerdo cuántos años trabajé ahí. ojo, no puedo quejarme. dormía abrigado, conocía gente nueva siempre y rosario es una ciudad linda, dentro de los parámetros. la cosa marchaba bien, pero donde uno dibuja un punto siempre está el destino para ponerle la cola y convertirlo en coma. esto me pasó la semana pasada.

debe haber sido martes o tal vez miércoles, porque en el bar había poca gente. ya habían entrado a robar una vez, el año pasado, pero a nosotros no nos habían tocado. hubo gritos, y llantos, y desde entonces la caja registradora no fue la misma. nada que ver con lo de la semana pasada, que fue mucho más repentino y sigiloso.

como decía, era de noche. yo estaba afuera. no había mozos cerca, solamente algún que otro cliente. yo esperaba el momento para ir a la cocina cuando fui víctima de un movimiento brusco y de la certeza amarga de que el cambio, proceso inevitable, me alcanzaba. sentí miedo y adrenalina y unas manos que me envolvían. después de eso, todo estuvo oscuro.

sospeché lo peor. quedé solo con mi paciencia. la oscuridad pasa de ser un pozo ciego a relativizar toda posibilidad. tiene un comienzo inolvidable y un final que se prolonga como la noche cuando se cae al mar.

volví a ver la luz recién al par de días. hombres y mujeres me pintaron de colores, como camuflándome. habrá sido mi ser en modo zen o las risas de fondo, pero no me sentí amenazado. así estuvieron, jugando a que ellos eran tacto y yo masa madre. cuando terminaron, me devolvieron a lo oscuro.

resignado, entablé amistad con la nada y me confesó que es la única que le escapa al tiempo.

cada tanto, escuchaba los sonidos del ir y venir. resignado, me encomendé a cuantas figuras se me ocurrieron. estaba preguntándole al Gauchito Gil por Gilda cuando me soltaron en un lugar cerrado del que no sé si pueda escapar. francamente, pasaron tantas cosas que con entender me conformo.

ahora, hace días que estoy acá. no sé dónde es acá. tal vez esté en Bolivia, porque escucho acentos que son nuevos para mí. ha de ser un lugar interesante, porque solo se llena de gente por las noches. acá se estanca el aire pero nunca las conversaciones. yo, por mi condición de conformista o mi capacidad de adaptación (eso depende de si estoy medio vacío o medio lleno), ya me estoy adaptando.

pero de algo estoy seguro. ¡tenías razón. abuela! y yo nunca le hubiera creído. supongo que no pasa hasta que te pasa. despojado del escepticismo ante los mitos, veo todo más claro. el humano actúa de formas misteriosas. ahora sé que fui una víctima más del clan de los atrapavasos.

No hay comentarios:

Sometimes YOU have to be your own hero